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FE

Con la conciencia de que no basta con acogerla y adherirse a ella, sus miembros aspiran a vivirla con intensidad y a perseverar en ella, impulsados en todo por la gracia de Dios que suscita la fe, «que se adelanta y nos ayuda, juntamente con el auxilio interior del Espíritu Santo». Los emevecistas tienen la convicción de que es necesario dejarla crecer, permitiendo obrar al Espíritu Santo, que la perfecciona constantemente, al tiempo que así fortalecidos cooperan poniendo los medios a su alcance para responder al designio divino. Conscientes de la propia fragilidad y del don del Altísimo repiten desde lo hondo del corazón de cada cual: «¡Creo, Señor, pero aumenta mi fe!».

La fe compromete a la persona entera. Aunque la fe se expresa en nociones, es creer en la Verdad que Cristo nos revela, es también vida que invita no sólo a la experiencia vital de la fe, sino del amor. La vida cristiana es el desarrollo y maduración de la fe en Jesucristo, que nutre la esperanza y se hace plena en la caridad. Como todos los hijos de la Iglesia, los emevecistas están invitados a vivir la fe de manera coherente, en todas sus dimensiones:

1. Fe en la mente, entendida como adhesión a la fe que la Iglesia profesa, que conlleva el compromiso por conocerla y profundizar en ella, así como la asimilación de los criterios evangélicos para juzgar las realidades según la mente de Cristo.

2. Fe en el corazón, que lleva a amar al Señor buscando adherirse a Él y acoger sus enseñanzas, obedeciendo amorosamente a lo que Él ha dicho, como cuando desde lo alto de la Cruz, en el Altar del Gólgota, invita a recorrer el camino del amor filial a María. Ella a su vez nos dice como a los servidores en Caná: «¡Haced lo que él os diga!»

3. Fe en la acción, expresada en el seguimiento concreto del Señor, en la propia vida, en el apostolado y en el servicio solidario, buscando que la fe con que cada quien ha sido bendecido dé frutos en la vida cotidiana, pues «la fe, si no tiene obras, está realmente muerta».

El MVC aspira ser una comunidad fundada en la fe, la misma fe de los Apóstoles, la fe que el pueblo cristiano entero, unido a sus Pastores presididos por el Sumo Pontífice, busca conservar, practicar y profesar. La vocación apostólica del Movimiento lleva a sus miembros a compartir el don de la fe que gratuitamente han recibido. Los emevecistas están convencidos de que la fe se fortalece compartiéndola. Ven en la Inmaculada Virgen María el modelo de apertura al don de la fe y de fidelidad a su dinamismo.

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